Como sabéis, estos meses, cada miércoles me toca clase de costura en la Casa Sagnier con Caterina Pérez! Ya os lo comenté en este post!
El segundo proyecto que hicimos, fue un pañuelo que yo utilizaré para llevar mi tupper en la oficina.
Bordé un conejito comilón para que me acompañe en todas las comidas del mediodía!
Por cierto, hace unas semanas una chica mexicana interesada por todo el tema del Handmade y la cultura del DIY. Catalina es estudiante de diseño en la Universidad Autónoma de México y me comentó si podía hacerme una entrevista y publicar un artículo suyo, salido del estudio que realizó. Se trata de un buen y profundo trabajo. Lo comparto con todos los que estéis interesados en el tema. Espero que os guste la reflexión de Catalina.
I'm taking sewing lessons with Caterina Pérez in Casa Sagnier, in Barcelona during all these months. Here is my second handmade goodie! I'll use it for my meals at work. I embroidered a bunny who will go with me while I'm having lunch!
Oh! Some days ago, a Mexican Design student , Catalina, email me to aswer some questions about handmade and DIY culture for a university work. She also ask me to publish her report in my blog. So I share it with all those who are interested in DIY culture (in Spanish)!
EL DISEÑO INDEPENDIENTE HECHO A MANO COMO
CANAL DE DIFERENCIACIÓN DEL SUJETO EN LA SOCIEDAD GLOBALIZADA.
Usando una lógica
natural, la misma que nos permite personalizar nuestras libretas en el colegio,
elegir nuestra ropa o quizá agregar un
detalle a nuestro uniforme, despierta la inherente búsqueda de expresión,
extensión y representación mediante el uso y apropiación de los objetos que nos
rodean. En los últimos años se han movilizado grupos que pretenden recuperar el
diseño hecho a mano, por distintas
causas que van desde la nostalgia por técnicas antiguas, la búsqueda de
medios sustentables o incluso el campo político, pero en este caso nos
enfocaremos a los efectos que estos diseños causan a nuestras cualidades
psicológicas. ¿Qué ofrece un objeto hecho a mano a la construcción de nuestra
identidad? ¿Bajo qué métodos el objeto se convierte en un agente diferenciador
de los humanos en un mundo masificado?
Una característica
innata de todo ser humano es la búsqueda de reactivos que permitan reafirmar su
identidad así como su cualidad de ser
único e irrepetible; dicha necesidad es
canalizada de distintas formas proporcionalmente al contexto espacial e
histórico, las condiciones psicológicas, físicas e incluso las económicas. El
humano por lo tanto, se encuentra en una incesante exploración de medios que le permitan diferenciarse del
“otro” dentro de una sociedad masificada. El medio que en este momento nos
interesa considerar es el compuesto por la interacción: humano/ objeto.
Pocas veces, analizamos con debido cuidado la forma en la que nos
relacionamos con los objetos que nos rodean durante nuestra vida diaria, qué
tan seguido estamos consientes de la importancia que estos representan tanto en nuestra forma de ver el
mundo como en la manera en la que nos
comunicamos.
Todos sabemos o al menos creemos saber que es un “objeto”, simplemente al
decirlo en este preciso momento
construimos una imagen especifica en nuestra mente, con seguridad todos pensamos en distintas características, formatos y cualidades,
entonces ¿cómo conceptualizarlo o
definirlo?
El objeto se enmarca como todo lo que de algún modo puede ser motivo de conocimiento por parte del sujeto lo que incluye a su vez al sujeto mismo. Por lo tanto se le considerará producto del pensamiento y en tanto se relacione con otros objetos y sujetos originará componentes que afectan el comportamiento y personalidad como individuo así como el funcionamiento social y la construcción cultural. Para lo estructuralistas y posestructuralistas solo se puede observar un fenómeno en su cualidad de porción dentro de un sistema conformado por relaciones; en este caso la reciprocidad de efectos que existe al tomar tanto al objeto como al sujeto produce un sistema complejo con múltiples ramificaciones que a su vez es parte de distintos
sistemas bajo los cuales podemos observar manifestaciones como el comportamiento social, el consumo económico e incluso la conformación de la identidad; el estudio de las relaciones concluirá en un acercamiento al
entendimiento de las
partes.
Los Seres
humanos tanto en su individualidad como
en su colectividad
estamos intrínsecamente conectados
con los objetos
que nos rodean ,
ellos mantienen una
“presencia” incesante y
voluble en nuestra
realidad cotidiana que
afecta nuestra visión
y comportamiento . Los objetos
funcionan como mediador
en las relaciones
de los sujetos y
la sociedad es por medio de ellos que representamos, nos
presentamos, convivimos , exteriorizamos e
interiorizamos. A
partir de esta
conexión se sistematiza un
circuito de dependencia
entre los sujetos
y los objetos,
el primero por
su parte adjudica
y significa al
objeto , mientras que
este último lo
establece y estimula, “el sujeto
no atribuye arbitrariamente significados al
objeto, ni este
se los transmite
como si fuese una cinta magnetofónica en funcionamiento” (Acha, 1988:12), es más
una relación
simbiótica alimentada por
procesos memoriales y
genéticos; gustos, herencias, reflexiones
e influencias contextuales.
Los objetos son
signos, porque representan
algo más de
lo que son en relación
a un otro:
sujeto. Como signo su
principal efecto es
incidir en la interpretación, pero
ésta es la que dota de
sentido; el objeto y el
sujeto por si solos
carecen de valor, es la
interpretación y las significaciones que
esta arroja las
que constituyen un
sistema que dirige
el funcionamiento de la realidad
y por qué no también del
espacio imaginario.
Las
cualidades bajos los cuales los objetos
pueden ser evaluados como constructos
simbólicos se desarrollaran en una infinidad de campos que van desde la concepción o proyección, la producción, el consumo etc. En todas ellas
encontramos datos que permiten considerar el conjunto de
interpretaciones bajo las cuales será
definido, dichas interpretaciones imposibles de categorizar o conceptualizar
por completo.
Una
primera categorización de los objetos considerando sus procesos de conformación
retoma el origen industrial y los procedimientos manuales. Los objetos industriales
se originan de
la evolución de
las necesidades, la
sociedad exigía productos
en cantidades, y
facilidades alejadas de
las posibilidades de
la creación manual,
los procesos debían
ser eficaces ( productiva,
numérica y económicamente) y el tiempo
los convirtió en los
objetos dominantes.
Las técnicas industriales permiten una
despersonalización de los procesos; nunca sabemos exactamente quien lo hizo e incluso pocas veces estamos seguros
de quien lo diseño; los métodos cada vez son más ambiguos, en escasas
ocasiones reflexionamos sobre el
origen de las cosas con las que
interactuamos diariamente las usamos, las interpretamos pero poco queremos
saber de su formación, como si flotaran
en un limbo de donde llegan directamente
a la tienda y a nuestro hogar.
En los
objetos producidos de
forma industrializada, el individuo
creador se ve
dividido en distintas entes, que
se encuentran conspirando para
la construcción de productos , todos ellos
mantienen un papel
específico que permite el
adecuado funcionamiento del
mecanismo. Si bien el
individuo creador, sigue siendo
considerado un diseñador, su ente o
percepción de ella se ha transformado
dentro de las
grandes empresas en
un siniestro personaje, que permanece
oculto, que crea y
traza pero pocas
veces construye. El diseñador se
convierte en un conjunto de sujetos
que conllevan responsabilidades
en distintos pasos de proceso, las firmas
como huellas de creación se han transformado más en una señal de
propiedad o de significantes sociales y
especialmente económicos Oscar de la renta ya no es un sujeto, ya no es nombre es una marca, es un grupo de trabajo que permanece anónimo.
El
momento de la creación,
que bajo la mirada de ciertos
contextos ha sido considerado como mítico
desaparece, la carga emotiva
vaciada al objeto
durante su concepción
se pierde y deja
a un lado
implicaciones comunicativas simbólicas.
El objeto ha sido diseccionado sin
que nosotros nos percatemos de ello, la importancia del momento de su
nacimiento se perdió, el objeto ha
perdido sentidos y adquiere otros. Son
estos sentidos los que afectan las percepciones de nuestras relaciones con ellos.
Los
objetos hechos a mano contienen
particulares diferencias, por una parte los conocimientos de sus procesos
generalmente son heredados o aprendidos de forma práctica e intensa porque
conlleva una comprensión de procesos y
materiales, los objetos cuyo
proceso de construcción
no se enfoca
en los procesos
industriales, regularmente son
conceptualizados y creados
por el mismo
individuo quien durante
el proceso descarga
referencias simbólicas originadas
en los procesos
de creación y
producción, donde interfieren
las cualidades memoriales, educativas, económicas entre
otras.
Naturaleza, es una condición humana
el deseo de dar a conocer tus capacidades creativas o de construcción, es para todo individuo necesario dejar la
huella, la firma, el nombre como señal de pertenencia y permanencia, los
objetos diseñados se convierten en una extensión, en un canal
de comunicación que te permite llegar a otro individuo, que te permite decirle
algo.
Los productos
no industriales mantienen
una coherencia entre sus
partes formales, y
entre sus partes
conceptuales, son reflejo de
quien lo diseña y
construye lo que
permite al individuo
consumidor una conexión
más sencilla, es más
simple rastrear sus
orígenes lo que origina una identificación, y por consiguiente
la capacidad de
poseerlo. Su funcionalidad también radica en
la búsqueda inicial
de establecer una
relación con los
sujetos.
Cada uno
de los objetos
hechos fuera del
sistema fabril es
único e irrepetible, es diferente
y a su véz
diferenciador de quien lo
diseña y quien
lo posee, porque la simbiosiosis
con los objetos permite al individuo considerar sus cualidades como
propias.Sin embargo también
presenta problemas de
adaptación al entorno actual,
es lentamente
producido, presenta por
consiguiente costos de producción y
consumo altos, estan
dirigidos a públicos
definidos y estan
sujetos al error
humano.Existe un claro momento
de la creación espacio-temporal, un momento
irreversible e irrepetible
lo que le
confiere una identidad
única.
Al adquirir un objeto satisfacemos necesidades originados en nuestros espacios fisiológicos, psicológicos, socioculturales
e incluso económicos, nuestra relación con el objeto tienen tal grado de
complejidad que en algunos momentos se
fusionan uno con el otro, “ya no soy el individuo, soy el carro”, nuestra forma
de interactuar con el mundo se ha
transformado en un continuo desfile de
representaciones, usar algo te
convierte en ese algo: Es bastante claro
observar la transgresión que se emite al representar conceptos
específicos usando como un mediador casi
inconsciente las formas, temas o sustancias que los objetos nos ofrecen.
El
diseño se ha dividido en dos claras vertientes;
por un lado encontramos el concentrado en los sistemas masificados o globales y el
llamado diseño independiente que como su nombre delimita, se halla inmerso en el
ámbito periférico, normalmente son personajes o pequeños grupos formados en
disciplinas afines, que ya sea por
motivos económicos o filosóficos se han alejado del ámbito industrial,
crean y en el mayor de los casos producen y distribuyen su trabajo a pequeña escala; sus campos de acción afectan
los textiles, los muebles, objetos de uso personal, la comida e incluso la
publicidad, por obvias razones no
podemos decir que todos los procesos son 100% manuales, porque dicha cualidad
carecería de lógica en la actualidad, pero en esencia se realizan con ayuda de
tecnologías actuales y métodos manuales que les convierten además de su valor
como piezas únicas condiciones especificas.
En los últimos años se han incrementado no sólo los
diseñadores que trabajan en dichos formatos, también las investigaciones a su
alrededor y por supuesto los consumidores;
para explicar cómo funciona la adquisición de estos objetos como un
conducto de respuesta a este efecto nombrado como la masificación mencionaremos
los siguientes puntos:
1.-La
desaparición de la huella como registro
de la inferencia humana en un objeto a evolucionado, el nombre o la
firma se han convertido en marcas y las marcas en contextos; los individuos
viven en la persecución de estas como símbolos de pertenencia o diferenciación.
Las marcas se han convertido en rótulos no sólo
metafóricos sino también literales, la ropa ahora lleva letreros que más que nombrar una empresa,
designan un status, un grupo, un conjunto con características
especificas que entran a una especie de
ciclo de deseo, adquisición y partencia.
Toda interacción
con el objeto parte del deseo de satisfacer, del deseo por obtener placer o
satisfacción mediante la acción. Llevar
puesta una sudadera rotulada con el
nombre de Adidas no sólo indica la
compañía que diseñó y produjo la pieza, es
más bien una señal de múltiples sentencias, indica capacidades
económicas, un sentido de pertenencia a un grupo que se ha convertido en imagen idealista
perseguida casi ambigua y entre otras
cosas también anuncia un pequeño indicio
de identidad, te presenta ante el mundo te distingue de aquel que no está rotulado de la misma
manera, te otorga: exclusividad.
2.-La
exclusividad siempre ha sido un objetivo inherente en el comportamiento
humano, espacios psicológicos dirigen nuestra conducta cuya meta es
distinguirnos de los demás, siempre y cuando el otro esté enterado de ello;
porque de nada sirve ser distinto a ti si no estás enterado, es por esa misma
razón que se vuelve tal evidente hacer ver
en sociedad que tu sudadera
es de una marca reconocida y perteneciente
a un comunidad específica.
Buscamos
crónicamente ser y hacer ver que somos distintos, en la antigüedad eso
significaba acudir con expertos en
alguna materia que podían crear objetos
de valor social, en respuesta a la fama obtenida por su maestría en la
disciplina, el origen de los materiales, la localización del lugar de
producción entre otras significaciones. Hoy se basa en obtener algo que ha sido
puesto en este pedestal, que ofrece transferirte valores simbólicos, que te
prometen responder a los estándares
sociales, se basa en obtener marcas y materiales, pero existe algo que en principio nadie tiene
contemplado, siempre se presentada un momento en el que lo exclusivo se vuelve
masificado, es entonces que el individuo es parte de un ciclo casi cómico donde
siempre se quiere entrar y siempre se
quiere salir. ¿Cómo ser exclusivos si mis zapatos los usaba una élite y ahora los usan todos? La respuesta más
común será buscar la nueva vertiente una nueva empresa y sus ofertas, un nuevo
modelo etc.
En los últimos
años inquirir una ruta de escape a la masificación incluye el aumento en la producción y consumo de los
objetos hechos a mano, ofrecen exclusividad duradera, prometen piezas únicas,
incluso algunas hechas por encargo, piezas con valores simbólicos adquiridos en
su proceso de creación, ofertan no solo
los materiales y procedimientos, sino también una ventana hacia el creador.
Poseer un objeto exclusivo transfiere
cualidades te crea una falsa
sensación de contraste, eres distinto a los demás a tal grado que no existen
nadie con la misma pieza que tu y por lo tanto eso te hace único.
Algunos de los
diseñadores de este campo también consideran motivos ecológicos, sociales y
políticos, se nombran a sí mismos como individuos en rastreo de soluciones
sustentables, persiguen ideales nostálgicos y la protección de valores
artesanales, heredados e históricos, se
designan como defensores de espacios
políticos que entre otros encierran la explotación humana en sistemas
fabriles.
Pero fuera de toda
justificación siempre apelan a la demostración de algo; como creadores acechan
la satisfacción narcisista de crear y ser reconocido por ello, de dejar una huella, un registro como forma de
permanencia en el mundo, una forma de hablar con el consumidor, de escapar a la
masa, de escapar a esa línea continua de obreros, de alimentar la envidia. Como consumidor se observa los
mismos efectos, deseos siempre insatisfechos de ser observados de significar para el otro y que mejor manera de ser visto
que presentándose como algo único en el mundo, como algo perfecto en el error
humano.
3.-El error es
pieza cable en el proceso de diferenciación, el error es innato, otorga
personalidad otorga una huella. En la búsqueda de la perfección se llegó a la máquina quien sustituyó al humano, ahora se revierte la búsqueda al percatarse que las diferencias
entre los objetos y sujetos otorgan características ideales. El error como
ícono de lo negativo permite la
discrepancia.
Quien escapa de
masa siempre lo hará persiguiendo otra, quien persigue ser diferente siempre es
igual a otros que quieren ser distintos, ¿Que efectos en la condición de
nuestra identidad tiene el concepto de globalización?
L.A.P Catalina
Azuara Santillana
Estudiante de
la Maestría en Diseño
Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad Autónoma del Estado de México.
Situada en Toluca, Estado de México.
Bibliografía.
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